Autor: splendid.mariposa
Pensamientos vivos
Tu voluntad, no la mía
La inteligencia del corazón
Saliendo del estancamiento
Sincronizando latidos
Hoy surgió el mensaje de Nicotiana (Nicotiana alata) como un recordatorio de que la paz reside en la pulsación de nuestro corazón, cuando se alínea con nuestra respiración consciente.
En la respiración está el combustible de nuestro corazón. Desafortunadamente, hemos olvidado que también la Tierra, nuestro hogar, este gran cuerpo celeste donde se encuentra pulsando nuestro corazón, tiene su propio campo electromagnético, su propio núcleo pulsante.
Nicotiana nos dice que no estamos separados de este gran campo, y que el fuego de Gaia, nuestra madre, es también el fuego de la humanidad.
Compartimos la afirmación de esta flor, de acuerdo a las palabras de Patricia Kaminsky:
Corona de espinas
De las profundidades de mi corazón, emerjo.Reconozco a los otros como parte de mi Ser Universal.Siento gratitud por la buena voluntad de los demás.La compasión hace que mi corazón crezca en plenitud.
Traer el cielo a la tierra
Hemos aprendido a relacionar la salud con mediciones bioquímicas cuyos niveles aparecen normales en nuestro cuerpo. De no ocurrir así, por fortuna existen fármacos o substancias que nos ayudan a regular estos indicadores. Sin embargo, la idea de salud como el resultado de hábitos equilibrados, elegidos conscientemente por nosotros mismos no es algo tan popular, y terminamos dejando mucho en manos de los médicos, de las farmacéuticas y los gobiernos.
En estos momentos de introspección mundial, vale la pena preguntarse ¿Qué hábitos estoy promoviendo, hoy por hoy, para reclamar mi salud? ¿De qué me alimento? ¿medito?¿me auto-observo? ¿qué patrones autodestructivos estoy verdaderamente dispuesto a soltar?La flor de Red Larkspur (Delphinium nudicaule) nos remonta a la radiancia del cuerpo físico, esa que no se logra solo con indicadores biométricoa estables, sino que depende del adecuado equilibrio entre nuestro vigor físico, mental y emocional. Esa luz es resultado de quien se encuentra en calma y a la vez vigorizado, energizado y con claridad mental. Sin ella, es difícil inspirar a nuestro círculo cercano para que tome acciones congruentes de equilibrio energético para una salud integral de todos.
Compartimos el mensaje de Red Larkspur, en palabras de Patricia Kaminski:
Estoy despierto para servir hoy mismo.
Estoy vitalizado con la Fuerza del Espíritu.
Enciendo y motivo a los demás con el propósito de mi alma.
Proyecto la radiancia de mi espíritu, activamente, en el mundo.
¿Por qué estamos solos?
A algunos, la vida les ha llevado a vivir experiencias de soledad involuntaria; se sienten abandonados, viven añorando una visita, una llamada. Otros, por el contrario, prefieren la compañía de sí mismos al punto que no dejan entrar a nadie en su espacio. En ambos casos, la soledad se vuelve un aislamiento que, a largo plazo, se cimienta en el miedo. En aislamiento, se cierran puertas, y corazones. A puerta cerrada, nos quedamos con un intenso deseo de ser escuchados.
A diferencia del aislamiento, la soledad saludable es el paisaje del silencio, y es en silencio donde aparecen los paisajes más claros, donde surge nuestra voz más profunda.
La esencia floral de Heather (Calluna Vulgaris), trabaja la vibración de la calma interior para poder escucharnos a nosotros mismos y, en consecuencia, escuchar a los demás. Si observáramos el impulso de hablar sobre nosotros, de hacer valer nuestro punto de vista, seríamos mejores interlocutores y sabríamos el peso de cada una de nuestras palabras.
Con sus suaves tonalidades rosa y purpúrea, Heather nos ayuda a hacer consciente, como ella, la atención de lo que emerge en un mar repleto de voces, incluyendo la nuestra.
Tu propio espejo
La ausencia es el espejo del pasado. Ese espejo nos presenta lo que ya no está. Ausencia es también sinónimo de carencia. El ser humano es especialista en huir de aquello que le recuerda sus espacios vacíos, lo interpreta como peligro y hace todo para que ese vacío no se revele ante sus ojos.
Si el espejo lo usamos para ver el rostro del pasado nunca aceptaremos la presencia de quienes somos ahora. Esa presencia es perfecta y única a pesar de las carencias que nuestro ego se empeña en maquillar.
Aceptar la ausencia es el primer paso para transformarla en presencia. Abrir los ojos a la carencia nos enviste del fuego necesario para manifestar la abundancia.
Si te han abandonado, si tus padres no estuvieron en tu vida, si tu pareja se marchó, no luches contra esa ausencia. Acéptala: no te abandones a ti mismo.
Si ha muerto un ser amado, no cierres más los ojos. Ábrelos. Así saldrán más lágrimas que aclararán tu horizonte. No huyas de tus emociones. Acepta la ausencia: no seas tú quien muera.
Si has perdido el honor y la credibilidad, levántate sobre tus sueños, encuentra la llama, defiende tu pasión. Levántate sobre las voces que te dicen que no eres suficiente. Acepta el fracaso: recupera la fe en ti mismo.
El pasado es como una onda senoidal que nos muestra el constante devenir entre la luz y la oscuridad.
Lo que hace falta en tu vida eres tú. No tengas miedo de tus colores, reconoce la forma de tus pétalos y el aroma que emana tu presencia amorosa. Nadie más puede aportar al mundo lo que tú aportas.
Utiliza el espejo del presente para ver el reflejo de tu luz. Abre los ojos a la verdad de quien tú eres.